ANTECEDENTES
El Gobierno del Estado Libre y Soberano de Baja California, durante el gobierno del Lic. Braulio Maldonado Sández, con el propósito de acrecentar el acervo cultural del pueblo de Baja California a través de medios de expresión que le permitan proyectar su conciencia en creaciones estéticas como la poesía y la música y darle un canto que sintetice el pensamiento, la acción y los ideales colectivos de esta Entidad, convocó públicamente el 24 de frebrero de 1956 a los literatos y músicos residentes en el Estado y los nativos de él que vivieran en otras regiones del país y del extranjero para redactar una composición literaria del Himno a Baja California, así como la escritura de la letra para el mismo.
En este concurso resultó triunfadora la pieza literaria original del C. Lic. Rafael Trujillo, con el seudónimo de "Caballero Aguila" y en su aspecto musical la del C. Profr. Rafael Gama con el seudónimo de "Escala". Ambos residentes de la ciudad de Los Angeles, California, Estados Unidos.
El Gobernador Braulio Maldonado Sández emitió un acuerdo con fecha 27 de Septiembre de 1956, en donde se da a conocer oficialmente el Canto a Baja California.
CORO
Baja California, brazo poderoso,
al servicio eterno de la Patria estás;
libre y soberano, bravo y laborioso,
soldado en la guerra y obrero en la paz.
ESTROFAS
I
De zafiros y perlas vestida, bajo el sol que en tu frente fulgura,
eres diosa de rara hermosura, eres Venus que surge del mar;
eres casta doncella que cuida en el Templo la llama sagrada
la vestal con amor consagrada a velar por la patria inmortal.
II
A los cielos gloriosos erguida eres roble y encina y palmera,
en la guerra, invencible trinchera, un ubérrimo surco en la paz;
ala enorme con fuerza tendida, lanza en riste y escudo y acero
que opondrán su pujanza al que artero a la Patria pretenda ultrajar.
III
Eres firme atalaya y vigía, centinela impasible que vela
custodiando el hogar y la escuela en viril posición vertical.
Tus enhiestas montañas altivas son columnas que tocan al cielo
donde el Aguila Azteca en su vuelo de oro y mármol tendrá pedestal.
IV
Su tesoro te ofrendan las minas, su opulenta riqueza los mares,
tu campiña, algodón, olivares y maizal y viñedo y trigal.
Mas no tienes riqueza que mida la del pueblo que lucha en tu nombre:
tu riqueza mayor es el hombre, una cuna, una escuela, un hogar.
V
El trabajo fecundo es doctrina que sustenta tu vida afanosa,
y por eso sabrás valerosa defender la Justicia Social.
¡Salve, oh, tierra, que firme y erguida quieres verte, taller y trinchera,
convertida en el asta-bandera del glorioso Pendón Nacional!